domingo, 25 de diciembre de 2011

CRISIS Y REACTIVACIÓN ECONÓMICA DE MÉXICO EN LOS AÑOS 70

CRISIS Y REACTIVACIÓN ECONÓMICA DE MÉXICO EN LOS AÑOS 70


El siguiente ensayo aborda las crisis y reactivaciones económicas surgidas en los gobiernos priistas de Gustavo Días Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo. Años difíciles, en los cuales surgirían los grandes rezagos sociales y económicos de nuestro México actual.

Vale la pena poner en claro que la crisis de los 70 y 80, (que originó la deuda externa producida por los intereses de los préstamos pedidos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la crisis mundial de los precios del petróleo) tienen un génesis en décadas anteriores: los ineficientes modelos económicos impulsados por los gobiernos priistas, las inconformidades de diversos sectores de la sociedad y el desequilibrio comercial de los bienes importados.

De esta manera, en las líneas que posteriormente se abordarán, se expondrán los desequilibrios socio-políticos y económicos que se fueron generando a lo largo de tres sexenios que van desde 1964 a 1982.

Se procuró centrar la exposición en las políticas realizadas durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo (1970-1982). Finalmente, abordaré las causas del fracaso de las políticas económicas impulsadas durante el periodo en cuestión y la efímera salvación que significó el petróleo dentro de la “reactivación” económica a principios de la gubernatura de López Portillo.

Ya en la década de 1960 el modelo económico desarrollado por los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz empezó a resultar ineficiente, lo cual se vio reflejado en la inconformidad de varios sectores de la población. Un ejemplo de lo anterior se observó en los campesinos, que descontentos por la disminución de inversiones en el campo, reflejado en el control que mantenía bajos los precios de productos agrícolas como el maíz y el frijol. Además de una falta de créditos otorgados a los agricultores y la lentitud del Banco de Crédito Ejidal.

El descontento por parte de los campesinos lo manifestaron por medio de la invasión de tierras, la toma de bodegas y oficinas públicas. El gobierno de Díaz Ordaz reinició la activación del reparto agrario, el fomento de asociación de productores y ejidos colectivos, también trató de poner cierto remedio con la fundación de organismos como la Secretaría de la Reforma Agraria y el Banco Nacional de Crédito Rural.

En los inicios de los 70, en México, loa economía crecía lentamente:

“El modelo de sustitución de importaciones no generaba los recursos que exigía la industria en particular para la adquisición de maquinaria y equipo. Además se genero un desequilibrio comercial porque los bienes importados eran más baratos que los que se producían en el país. Para superar estos problemas el gobierno intentó promover las exportaciones de productos mexicanos…”[1]

En estos años se crea el Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE), sin embargo y pese a muchas expectativas, los artículos nacionales no pudieron competir en los mercados internacionales. Esto trajo consigo que tampoco pudiera impulsarse la inversión privada en el comercio exterior.

Uno de los problemas económicos que afectó gravemente la situación social del país fue el alza de los precios internacionales del petróleo en 1973. Se vieron afectados el consumo interno y aceleró la inflación

Bajo el lema "Arriba y adelante", Luis Echeverría inició su sexenio con la promesa de la "apertura" política y el diálogo con la juventud.

“Se decidió reactivar la economía mediante el aumento del gato y la inversión pública.” [2]

En su toma de posesión, intentó dejar en claro su distanciamiento del gobierno anterior, reconoció la injusta distribución de la riqueza y prometió que la solucionaría (Acosta, 1994).

La llamada política "populista" de Echeverría se ganó la enemistad de los empresarios. Entre 1973 y 1976 el gasto público gracias a los créditos externos y se impulsó el llamado populismo económico que consistió en una política que prometió “todo a todos” (Varios, Economía: viejos modelos, nuevas formulas, 2010).

Durante estos años el gobierno se endeudó para pode cumplir con las promesas del llamado “populismo económico”, A finales del sexenio el gobierno no pudo pagar los intereses de la deuda externa, el peso se devaluó, hubo desempleos, inflación y cierre de empresas.

Se hizo necesario recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). A cambio de nuevos créditos, el FMI, comprometió al gobierno a disminuir el gasto público y limitar la intervención del Estado en la economía.

Mientras tanto la diferencia entre gobierno y empresarios crecía. Echeverría no consultaba las decisiones económicas importantes y ellos reprobaban sus iniciativas, que calificaban de conflictivas y causantes del gran descontento social.

Además de la problemática social y las relaciones estado-sociedad ya definitivamente rotas, el sexenio de Echeverría se caracterizó por una violencia que se había agudizado al final de su mandato:

“Hubo secuestros, emboscadas, atentados, asaltos bancarios, protestas sociales, y movimientos guerrilleros como la de Lucio Cabañas” [3]

En el último año del gobierno de Echeverría imperaba el caos. Los empresarios, irritados. La población frustrada por promesas incumplidas y la nula participación política. La economía hecha trizas:

“Luego de 22 años de estabilidad cambiaria, el peso se devalúa drásticamente al pasar de 12.50 a 23 pesos por dólar […], los capitales empiezan a fugarse (salen casi 2,000 millones de dólares), la inflación se acelera (llega a 27%), la deuda externa aumenta (de 10,000 millones de dólares sube al doble) y la economía crece apenas a la mitad (de 8% a 4.2%) de los años anteriores…” [4]

Al final del sexenio de Echeverría recae sobre José López Portillo, entonces secretario de Hacienda, los problemas heredados de una mala administración e inversiones frustradas por la deuda contraída al Fondo Monetario Internacional.

López Portillo es llamado a darle solución a la conflictiva situación de la economía (Galeazzi, 2008).

Seguro de sí, López Portillo anuncia desde el principio su estrategia anticrisis:

“…dos años para superar la crisis […], dos más para estabilizar la economía y los dos restantes para reanudar el crecimiento sobre bases no inflacionarias…”[5]

La estrategia, demasiado restrictiva, sólo la aplica el primer año. El “apretón de cinturón” funciona, pues la economía crece apenas un poco para 1977.

Un año más tarde, en 1978, López Portillo abandona la estrategia: El descubrimiento de yacimientos petrolíferos en el sur del país da la seguridad y confianza suficientes para dejar de lado las medidas y políticas restrictivas.

La abundancia de los recursos descubiertos permite pagar por adelantado los préstamos contratados con el Fondo Monetario Internacional. Los bancos extranjeros hacen cola para prestarle al gobierno mexicano. López Portillo llama a "administrar la abundancia" (Varios, Corriente Comunista Internacional, 2006).

La economía del país tiende a depender de PEMEX (Petróleos mexicanos), casi la mitad de las exportaciones mexicanas son de crudo (Acosta, 1994). La economía se “petroliza”.

El sueño del sexenio de López Portillo tocaba a su fin. El capital extranjero y los créditos obtenidos del Fondo Monetario Internacional, se destinan a mejorar la infraestructura petrolífera; todos los esfuerzos del gobierno mexicano se ven dirigidos a la extracción del crudo y sube estrepitosamente la deuda externa: llega a 80,000 millones al final del sexenio (Varios, Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2006).

El sueño petrolero llega a su fin al desplomarse los precios internacionales del crudo, y la economía mexicana se va a pique verticalmente: En medio de una creciente fuga de capitales multimillonarios debido a la baja de los precios internacionales del crudo, no queda más remedio que tratar de subsidiar los enormes y prácticamente imposibles pagos de la deuda externa, el presidente se vio obligado a reducir el gasto público a niveles nunca antes vistos, además la banca mexicana (los bancos y capital) pasan a manos extranjeras para evitar una “caída de la banca”, ya empieza la gran devaluación del peso mexicano.

Había terminado el efímero periodo de la abundancia (Galeazzi, 2008).

“Desesperado, y en su último informe, el primero de septiembre de 1982, López Portillo vuelve a pedir perdón a los pobres que no supo atender y anuncia la nacionalización de la banca mexicana, sin embargo debido a los pagos de la deuda externa, vuelve a pasar a manos del capital extranjero.” [6]

También la opinión pública y el descrédito moral le cayeron encima, pues eran ya visibles las enormes y ostentosas fortunas amasadas por él y algunos de sus colaboradores:

ü LLópez Portillo mandó levantar cuatro lujosísimas residencias para su familia. El terreno le costó 17 millones de entonces y la construcción, según se dijo, más de 200 millones.

ü Arturo Durazo, jefe de la Policía del Distrito Federal y quien más tarde sería arrestado por enriquecerse ilícitamente, no se quedó atrás: situado en la playa La Ropa, en Zihuatanejo, hizo construir a todo lujo una réplica del Partenón que le costó alrededor de 700 millones de aquellos pesos.

En los años previos y posteriores a la crisis de 1976 el empleo, el valor de la moneda, la migración del campo a las ciudades y a los Estados Unidos de Norteamérica, el monto del salario y el costo de la canasta básica, presentaron variaciones que van en perjuicio de la clase trabajadora (Varios, Corriente Comunista Internacional, 2006).

En el sector social de nuestro México contemporáneo podríamos sintetizar que el crisol político-económico de los sexenios de Echeverría y López Portillo prepararon lo se puede vislumbrar como una de las realidades más crudas del país: el empobrecimiento paulatino de la mayor parte de la población mexicana y el amasamiento de la riqueza en unas pocas manos privilegiadas (Espadas Ancona, Réyes Domínguez, & Vallado Fajardo, 2004). Esta situación desencadenó un aumento en los índices delictivos, por lo que a partir de este momento, las autoridades comienzan a plantear a las crisis económicas como un factor que origina criminalidad.

CONCLUSIÓN

Para cerrar. Podemos decir que la mala administración de los recursos públicos, se vio reflejado por los bajos salarios y los costos elevados de los productos de primera necesidad, el desempleo aumenta a cifras nunca vistas, el dólar alcanza la cotización más alta de los tiempos, se generó más migración hacia Norte América, por lo que podemos determinar el inicio de una crisis permanente en México de la que aun no salimos y no se le ve salida. Aún en este 2010, el año del “bicentenario y la revolución”.

Bibliografía

Acosta, C. V. (1994). La regla fatal: Salinas termina su periodo tan caoticamente como los gobiernos a los que criticó. PROCESO , O2.

Espadas Ancona, U.-K., Réyes Domínguez, G., & Vallado Fajardo, I. (2004). Estructura Socioeconómica de México. México D.F., D.F., México: Compañía Editorial Nueva Imágen.

Galeazzi, L. (24 de Mayo de 2008). Monografías.com. Recuperado el 12 de Septiembre de 2010, de Monografías.com: http://www.monografias.com/trabajos67/guia-histori-mexico/guia-historia-mexico.shtml

Varios. (17 de Diciembre de 2006). Corriente Comunista Internacional. Recuperado el 18 de Septiembre de 2010, de Corriente Comunista Internacional: http://www.es.internationalism.org/tin97

Varios. (2002). Gran Historia de México Ilustrado. En Varios, El siglo XX mexicano II (págs. 166-180). México D.F.: Ediciones Culturales Internacionales.

Varios. (12 de Enero de 2006). Wikipedia La Enciclopedia Libre. Recuperado el 18 de Septiembre de 2010, de Las Crisis Económicas Mexicanas de los 70: http://www.wikipedia/lascrisiseconomicasdemexicodel76al82/.com.mx



[1] Varios. (2010). Economía: viejos modelos, nuevas formulas. En Varios, Arma la Historia (págs. 166-171). México D.F.: SEP.

[2] Varios. (2010). Economía: viejos modelos, nuevas formulas. En Varios, Arma la Historia (pag. 167). México D.F.: SEP.

[3] Acosta, C. V. (1994). La regla fatal: Salinas termina su periodo tan caoticamente como los gobiernos a los que criticó. PROCESO , O2.

[4] Galeazzi, L. (24 de Mayo de 2008). Monografías.com. Recuperado el 12 de Septiembre de 2010, de Monografías.com: http://www.monografias.com/trabajos67/guia-histori-mexico/guia-historia-mexico.shtml

[5] Acosta, C. V. (1994). La regla fatal: Salinas termina su periodo tan caoticamente como los gobiernos a los que criticó. PROCESO , O2.

[6] Acosta, C. V. (1994). La regla fatal: Salinas termina su periodo tan caoticamente como los gobiernos a los que criticó. PROCESO , O2.

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