Análisis de blog
“Periodismo Indeleble”
El siguiente análisis de la obra de Darío Dávila: Periodismo Indeleble, se ha de tratar
como lo que es, una simple y cabal andanza de mis pensamientos respecto al
contenido mostrado en el “Blog”, y al igual que todas las críticas fecundas, la
mía es dada, no sólo por la exaltación
que evocan mis pasiones como futura periodista; al leer las líneas de la página web, también
hago un llamado a la razón y a mi capacidad de escrutinio.
He de empezar, haciendo mías las palabras de
François de la Rochefoucauld; escritor francés del S. XVII:
“La
libre comunicación de los pensamientos y las opiniones es uno de los derechos
más preciados por el hombre. ”
Al igual que la frase antes citada taladra mi cabeza repetidamente, el
poder expresar los hechos y eventos relevantes y subversivos de la sociedad en
la que vivimos es punto medular de los
más de veinte lustros de lucha social en nuestro país.
Es escandalosa la forma en que el periodismo y la investigación se han
“atrincherado” en las redes sociales
dejando de lado al gran público; analicemos algunas causas: un estado corrupto
que protege y alimenta la raíz de la
violencia en nuestras calles, una plutocracia internacional que estimula las
ridículas desigualdades sociales imperantes en todas latitudes del globo, las hordas exacerbadas de
ciudadanos estadounidenses, que, sin importar las consecuencias, buscan
absurdos estilos de vida basados en quimeras psicotrópicas y consumistas; y
ante todo mujeres y hombres antipáticos, carentes de espíritu combativo
encaminado al desarrollo humano.
Si bien es cierto que los espacios en internet y las redes sociales son una
de las formas más novedosas de transmitir y perpetuar el conocimiento humano,
también es sencillo perder la veracidad en los muchos de los rincones de la web; una prensa escrita
que es amedrentada por organizaciones delictivas y la imposibilidad de las
autoridades para hacer frente a los
recientes acontecimientos que denotan un México violento y menos civilizado,
orillan al periodismo y la prensa a una lenta y trágica alineación de una
realidad oligárquica que resulta indiferente a los graves problemas del inmenso
colectivo mexicano.
La extorción, el soborno, las desapariciones y la coerción impuesta a la
prensa y el periodismo denotan una grave emancipación de la ingobernabilidad
del estado mexicano, dejando a su suerte a los medios de comunicación escrita; que por supuesto no
son los más populares en nuestro país, todo lo contrario, los periódicos
nacionales son de los menos leídos en el mundo; remedio: la internet presenta una buena opción,
barata, rápida, interesante, pero se dejan a un lado problemas medulares como
la veracidad, el análisis de la noticia por parte público, el sensacionalismo,
los enfoques de los reportajes.
Si permitimos que la prensa escrita
comprometida con el pueblo perezca, los
sitios de la web pronto serán los siguientes en el itinerario de los grupos
delictivos. ¿Qué clase de periodismo practicaremos?
El sitio de Darío Dávila presenta un
enfoque arriesgado que inmola positivamente al periodismo independiente, el
problema con este tipo de lugares en el ciberespacio, a mi entender, son fundamentalmente dos; primeramente el alcance y la difusión; y por
último los enfoques caprichosos que pueden llegar a dominar estas plataformas
de búsqueda.
En el espacio analizado aparecen repetidamente “formular y recetas”, para
abordar diversas formas de investigación y trabajo de campo en el periodismo;
considero que, sin una formación seria y
cimentada responsablemente, muchos
investigadores y periodistas
desarrollarían un empirismo paupérrimo que perdería el enfoque social,
trasladando los hechos y su impacto social, a un sensacionalismo mercantilista.
Dejando constancia de mi juicio en las líneas antes presentadas, dejo al
lector mi final testimonio del análisis y concluyo con mi siempre constante y
evolutiva percepción del mundo que ha de enriquecerse con los años, mientras
siga siendo una mujer con uso de razón y apasionada al periodismo
responsable.
Lic. Gabriela López Mendoza
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