lunes, 26 de septiembre de 2011

LOS COMIENZOS DE LAS TRADICIONES CULTURALES


Turner Ralph. “I Los comienzos de las tradiciones culturales”. En: Las grandes culturas de la humanidad. Ed, FCE. México. 3a Reimpresión 1974, pp.: 15-22.

La diferenciación de la especie humana


El hombre no desciende de ningún tipo de simio o de mono ahora existente; está emparentado con ellos tan sólo porque tanto ellos como él descienden de un perteneciente al periodo eoceno de la era cenozoica. Condición fundamental de tal antepasado fue el desarrollo de nuevas clases de alimentos (que consistió sobre todo en frutas y nueces y había que obtenerlas trepando a los árboles). Las adaptaciones especiales que exigió este nuevo modo de vida fueron la mano y el pie prensible. Sin embargo el primate primitivo tenía pocos rasgos biológicos especializados, y, por lo tanto podía diversificarse libremente. Esta libertad, fue el factor decisivo de la evolución, (sobre todo del hombre).

Por alimentarse de frutas y vivir en los árboles, se desarrollaron en los primates primitivos manos aptas para asirse, agudeza visual, juicio cabal de las distancias y precisión de movimientos.

Cuando cierto tipo de primates primitivos dio en balancearse y pasar de una rama a otra ocurrieron cambios anatómicos de importancia. El tronco, al quedar colgados los brazos, adquirió posición perpendicular; se robustecieron los brazos y se ensancharon las manos; se alzaron la cabeza y los ojos; y se colocaron en posiciones nuevas el abdomen y el tórax. Estos cambios estructurales les hicieron posible el desarrollo de la posición erguida. Verosímilmente el precursor humano hizo compañía al antepasado de los antropoides, antes de establecer su vida en el suelo. Quizá una de las adaptaciones más importantes fue la del pie.

Los factores que movieron a los precursores del hombre a bajarse de los árboles fueron varios. Quizá por el aumento del peso del cuerpo. Más probablemente fue por conseguir carne con que alimentarse.

Un punto importante en la supervivencia de los individuos fue la ayuda mutua de estos para hacer determinadas actividades. Durante todo el plioceno varios grupos de primates pasaron por transformaciones paralelas. Los primeros vestigios del grupo humano se encuentran al comenzar el pleistoceno o inmediatamente después de sus comienzos.

Desde 1840, fecha en que se enunció por primera vez la teoría de “la edad del hielo”; se admite que hubo cuatro épocas glaciares e interglaciares, a saber; la Günz, la de Mindel. La de Riss y la de Würm, se basan en los estudios de los Alpes (aunque existe el error común de que, durante las fases todo estaba helado, esto no es verdad).

Los yacimientos del eoceno han devuelto las reliquias de primates de pequeño tamaño, arborícolas y manicomedores. En yacimientos del oligoceno se han encontrado fósiles de monos y de un tipo general de simio de pequeño tamaño. Numerosos hallazgos hacen ver como durante los periodos mioceno y plioceno se extendía de Francia a la India diversas variedades de simios antropoides:

LUGAR

HALLAZGO

En Egipto



En la India



En Etiopía




Taungs, en la Bechuanalandia

Un yacimiento del mioceno ha entregado los fósiles de un organismo que acaso fue el antepasado común de los antropoides y humanoides.


Los estratos del mioceno han devuelto fósiles de simios gigantescos, dotados de dientes de forma parecida a la de los dientes humano.



Los terrenos del eoceno han dado a la luz el simio antropoide más antiguo que se conoce.



Han sido descubiertos ciertos cráneos pertenecientes al llamado Australopithecus africanus, se asemeja a la forma del cráneo humano más que al cráneo de cualquier otro antropoide.



Los representantes más antiguos del linaje humano son los denominados:

* Pithecanthropus erectus, u hombre de java.

Vivió hace 500 000 años. La caja encefálica del hombre de Java, aunque mucho mayor que la de cualquier otro simio, apenas llega al tamaño del humanoide.

* Sinanthropus Pekinensis, u hombre de Pekín.

Según parece el hombre de Pekín es algo más joven. El hombre de Pekín se parece en todo al hombre de Java; pero tiene la caja craneal un poco más grande y posee algunos rasgos del tipo neanderthalense, que pertenece al pleistoceno medio. Sus dientes y quijadas recuerdan los del hombre moderno.


Crece un representante de la raza de antropoides, extinta ya, a la cual pertenecen el linaje del gorila y el del chimpancé, más que al humano. Aunque no consta de manera cierta su ubicación dentro de las edades geológicas, los cráneos del Taungs son probablemente del pleistoceno.

Además del hombre de Java y el Pekín, se reconocen cuando menos otras cuatro especies del hombre moderno, o sea, non-sapiens. El Homo Soloensis, hallado en Java, el homo Heidelbergensis, conocido por una mandíbula descubierta en el sur de Alemany, y el Homo Rhodersiensis, hallado en África meridional.









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