Maquila y agua
en la ciudad de indios
Martín Amaru Barrios Hernández
Aunque la maquila del vestido lleva 30 años en Tehuacán, a partir de 1994, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la región se tornó un enclave para los mercados nacional y transnacional. La privatización de las tierras ejidales, promovida por las reformas al artículo 27 constitucional en 1991, y la consiguiente creación de la actual Ley Agraria, otorgó inmejorables condiciones a los empresarios para operar en el Valle de Tehuacán. El boom maquilero se dio paralelo a la ejecución del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Solares Urbanos (Procede). En 1995 el 80% de los núcleos agrarios de Puebla ya estaban "regularizados" con este programa, al tiempo que empezaban a llegar a Tehuacán marcas como The Gap, Guess?, Sun Apparel y Levis Strauss, entre otras.
Cientos de nahuas y mazatecos de la Sierra Negra y de las sierras Mazateca y de Zongolica han migrado a Tehuacán, especialmente desde hace una década. También llegan mixtecos, popolocas, veracruzanos, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños. Todos buscan chamba, principalmente en las maquilas, algunos temporalmente, otros hasta que no pase otra cosa mejor o peor, algunos escapan de los conflictos y desastres naturales y económicos de Centroamérica y otros se estacionan en su diáspora hacia el "sueño americano".
En los ejidos del municipio de Tehuacán y sus pueblos llamados Juntas Auxiliares, situados en el plano, aparecen día con día nuevos asentamientos humanos, la mayoría de ellos sin agua, drenaje o cualquier otro servicio municipal. Estos migrantes viven en casas de cartón, carrizo o láminas. Muchas colonias han logrado regularizar la tenencia de su territorio y contar con servicios básicos sobre la base de la organización social que traen de sus pueblos, como las faenas y asambleas. Por esto ahora en Tehuacán, llamada oficialmente Ciudad de Indios, viven más indígenas que en todos los municipios del Valle o la Sierra Negra.
En Ajalpan, Altepexi, Zinacatepec y San José Miahuatlán, la juventud nahua se ha vuelto banda. La cultura maquilera trajo la moda de los vatos locos. No sólo los chavos son indígenas proletarizados de manera violenta por la difícil situación de sus familias para vivir del campo y la necesidad de trabajar; también las chavas le han entrado a la banda, como las Guerris de Altepexi, que agrupan una treintena de muchachas nahuas, que de día trabajan en las maquilas y de noche se juntan para fumar mota, entrarle al chemo o echar caguama, atracar campesinos o "darse un tiro con otras morras".
Los tejidos sociales comunitarios indígenas se rompen. Los pueblos en la Sierra se quedan sin sangre nueva para las faenas que permiten no sólo tener obras y servicios, sino continuar identidad y cultura propias. En el Valle muchos chavos ya no quieren seguir la vida de sus padres: sembrar, labrar, regar y cosechar la milpa. Las muchachas obtienen una supuesta independencia de la cultura patriarcal tradicional de la región al tener un empleo en la maquila, pero la estructura en estas fábricas no sólo es machista --manifiesta en el acoso sexual-- sino de esclavista explotación: "sin futuro", como cantó alguna banda punk ochentera.
Pero también hay resistencia: en la Sierra donde muchos pueblos no quieren que llegue el "progreso" de la maquila, y en Tehuacán donde las mujeres nahuas llamadas "canasteras" venden nopales, tempezquiscles o huitlacoches en las calles, donde los chavos nahuas y mazatecos migrantes trabajan de limpiaparabrisas con tal de no entrar a las maquilas, pese a los esfuerzos de los gobiernos locales, en especial panistas, por no ver indios viviendo como tales, libres en las calles de esta multicultural metrópoli india. Los pueblos indios han sabido resistir y reinventar su cultura. Es muy común que entre playeras de Rammstein o del Tri y la guadalupana, algunas greñas rockeras con claras reminiscencias mexicas, rolas del Haragán, System of a Down, Tex-Tex o Eminem, los chavos de San José Miahuatlán o de otros pueblos platiquen y echen relajo en su lengua materna.
Para los 70 mil trabajadores de las más de 700 maquiladoras de la región, las condiciones son opresivas y de sistemática violación a los derechos humanos laborales básicos. Los gritos, las humillaciones, los maltratos y el acoso sexual son cosa diaria. En los grandes consorcios, la situación es tal vez mejor pues ahí sí cuentan con imss o seguridad industrial, pero no porque a los empresarios les interese respetar la Ley Federal del Trabajo: las marcas famosas de jeans cuidan su imagen, especialmente para Estados Unidos, ya que desde hace años fueron señaladas como empresas que se hacen millonarias con el sudor de los trabajadores, incluyendo a menores de 11 años. Así sucede en la región de Tehuacán. Unos 5 mil niños trabajan en las empresas medianas y chicas, escondidos o con actas de nacimiento falsificadas, o deshebran pantalones con sus familias dentro de sus casas.
Los salarios son muy bajos, especialmente después de la desaceleración estadunidense de 2001. Un obrero nahua o mazateco que trabaja hasta 12 horas diarias como norma y que participa en la producción de unos 5 mil pantalones semanales para Polo Ralph Lauren, Tommy Hilfiger o Wrangler en Tehuacán o en Ajalpan, gana hasta unos 700 pesos semanales, pero en Sierra Negra su salario puede ser de 300 pesos. La mayoría no sabe que en San Francisco o en Los Angeles, esos pantalones pueden costar mil pesos o más en Gap o en Wal-Mart.
Despintado porvenir en la Cuna del Maíz
Señor Empresario:Sí aún no cuenta con su título de concesión que le da derecho a usar, explotar o aprovechar
aguas nacionales, ocupar zonas federales, extraer materiales o descargar aguas residuales
en cuerpos receptores de propiedad nacional, no deje pasar más tiempo.
Contar con su título y cumplir con lo que en él se establece es importante, ya que obtendrá
seguridad jurídica, evitará que su empresa se haga acreedora a sanciones
y tendrá acceso a los incentivos fiscales que establece
la Ley Federal de Derechos en Materia de Agua.
Tríptico informativo de la Comisión Nacional del Aguacon información
de la Ley de Aguas Nacionales, del Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales
y de la Ley Federal de Derechos en Materia de Agua
La peor lacra que importó la maquila es la expoliación del principal recurso natural de Tehuacán: el agua. Refrescos existentes y extintos como Peñafiel, Etiqueta Azul, Garci-Crespo y Balseca, están asociados a Tehuacán por su hidromineral historia.
Las maquilas de la región usan enormes cantidades de agua para los procesos de "lavandería" de los terminados de los pantalones de mezclilla: en el stone wash se desgasta el pantalón mediante la piedra pómex y da a los pantalones azules una apariencia de usados o viejos, moda ochentera como el heavy metal; el stone bleach elimina el teñido índigo de los jeans con gran cantidad de cloro, o más recientemente con la enzima lacasse que produce pantalones blancos; el suavizado deja la prenda con su color original y textura suave usando enzimas; en el sand blast se baña las prendas con arenas sílicas para darles apariencia de desgaste. La última moda es que los jeans se sometan a otro teñido en las etapas finales. En el polarizado y el sobreteñido se aplican manualmente distintas tinturas a partes del pantalón que antes fueron limpiados. Después se les envía a un lavado final usando gran cantidad de detergentes.
Así, las descargas de agua de las lavanderías tienen residuos de pelusa de mezclilla, químicos como permanganato de potasio, cloro, sosa cáustica, ácido acético, bisulfito, antiozeno, hexametafosfato, arenas sílicas y residuos de piedra pómex. Estudios recientes descubrieron la existencia de metales pesados en las descargas: zinc, plomo, cobre, níquel, selenio, cadmio, cromo y mercurio, altamente tóxicos y contaminantes, que se tiran al Dren de Valsequillo, y de ahí terminan regados en los cultivos de maíz y legumbres de los campos de San Diego Chalma, Tepetzingo, Miahuatlán y Ajalpan.
Con tales descargas residuales, las milpas lucen un tapiz de color azul metálico o azul morado. La tierra y arena de esas parcelas y de los ríos aledaños, se tornasolan con los rayos del sol de tanto químico. Algunos campesinos, también obreros de lavandería en Chalma, cuentan que sus tierras son cada vez más duras. Sin duda, en unos años más la destructiva labor de los metales pesados convertirán los ejidos en páramo estéril. Como premio a los empresarios, "generosos creadores de empleo", la Profepa ha certificado todas las maquilas y lavanderías como "empresas limpias".
La maquila tiene toda el agua que quiera, mientras a los ejidos o a las sociedades de agua les son negados los permisos para operar nuevos pozos y galerías filtrantes. Los empresarios no sólo cuentan con autorización para abrir los pozos que quieran: también se roban el agua clandestinamente. A partir de la privatización del agua en la pasada década, los empresarios pueden comprar agua de los ejidos, y para lograrlo corrompen a las autoridades ejidales.
En la región de Tehuacán el Plan Puebla-Panamá no es algo por venir: está aquí hace rato. Los efectos del tlcan se acentuarán más con el alca. El virus ya está en Oaxaca, Campeche, Guerrero, Yucatán y Chiapas. Nuevos escenarios en terrenos indios y por tanto, necesidad de nuevas formas de lucha, resistencia y propuesta. Ahí está el detalle.
Martín Barrios es miembro de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán
Tomado de:
http://www.jornada.unam.mx/2002/12/16/oja68-maquila.html
PARTE 1
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PARTE 3
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PARTE 6
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