Eudald Carbonell i Roura (Ribas de Freser, Gerona,
17 de febrero de 1953) es un arqueólogo, antropólogo y paleontólogo español.
Cursó estudios superiores en Gerona, Barcelona y
París. Es doctor en Geología del Cuaternario por la Universidad Pierre et Marie
Curie (1986) y en Historia por la Universidad de Barcelona (1988).
Desde el año 1999, ocupa la cátedra de Prehistoria
de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y actualmente es Investigador
principal del Grupo de Autoecología Humana del Cuaternario de esta universidad
y Director del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social
(IPHES).
Ha efectuado viajes de investigación y trabajo de
campo en Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Georgia, Tayikistán, Argelia,
Marruecos, Tanzania, Kenia, Etiopía, los Estados Unidos, México, Chile, Cuba,
China y Australia, entre otros países.
Desde que era muy joven, ya empezó a investigar las
primeras poblaciones de los valles de los ríos Ter y Freser.
En Gerona, fue miembro de la Asociación
Arqueológica de Gerona, desde donde, conjuntamente con Josep Canal i Roquet, contribuyeron
decisivamente al reconocimiento del Paleolítico Inferior del nordeste de la
Península Ibérica, que hasta entonces había sido negado sistemáticamente por
las autoridades académicas.
Sus hitos científicos más destacados son la
creación de un sistema de análisis de la tecnología prehistórica conocido como
"sistema lógico-analítico" y el estudio del poblamiento antiguo de la
Península Ibérica. Estas líneas de trabajo lo han llevado a desarrollar un
programa de investigación transdisciplinar en la Sierra de Atapuerca (Burgos),
inicialmente bajo la dirección del profesor Emiliano Aguirre. Desde el año
1991, Eudald Carbonell es uno de los codirectores.
Los trabajos en Atapuerca han contribuido a
enriquecer espectacularmente el conocimiento científico sobre la prehistoria y
la paleoantropología, especialmente con respecto a la evolución de la
tecnología lítica que se está encontrando en Atapuerca, en la extraordinaria
población exhumada en la Sima de los Huesos1 y en los restos de TD-6, donde se
ha descubierto una nueva especie de homínido, el Homo antecessor, el explorador
que salió del continente africano hacia Europa.
Uno de los ejes actuales de la investigación
intenta comprender la razón de estas migraciones y explicarla en términos de
comportamiento tecnológico en vez de climático o biológico, tal como hacen las
explicaciones tradicionales. Carbonell plantea la selección técnica como
mecanismo de la evolución del comportamiento humano y lo aplica también a sus
trabajos en el Abric Romaní (Capellades, Anoia), un yacimiento neandertal donde
se demuestra que la distancia entre el comportamiento del Homo neanderthalensis
y los primero humanos anatómicamente modernos no es tan grande como se
postulaba hace unos años.
Según Carbonell, la fabricación de herramientas con
otras herramientas es la propiedad que distingue al género Homo del resto de
seres vivos. La selección técnica se ha ido imponiendo como mecanismo de
evolución del comportamiento humano desde hace unos 2 millones de años.
Sin embargo, "hominización" y
"humanización" no son sinónimos. La humanización todavía no se ha
alcanzado, sólo se llegará a ella con un pensamiento social crítico. Por eso,
hay que avanzar en la socialización del conocimiento, conseguir que sus
beneficios y los de la técnica sean patrimonio de toda la población siguiendo
unos mecanismos innovadores, adecuados a los nuevos tiempos. Para obtener este
objetivo, hay que hacer pedagogía científica y social sobre qué significa la
integración de la diversidad en todos los niveles y también hay que llegar a
una conciencia crítica de especie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario