lunes, 9 de septiembre de 2013

Obtención de agua y conservación de suelos a través de la regeneración de cuencas


Obtención de agua y conservación de suelos a través de la regeneración de cuencas

Detección del problema del agua.

Por el Dr. Raúl Hernández Garciadiego.

En 1980 comenzó un programa de desarrollo rural entre campesinos de bajos ingresos en la semiárida región mixteca poblana.

El proyecto fue impulsado inicialmente por la Central de Servicios para el Desarrollo de Tehuacán, A. C. (CEDETAC), y posteriormente fue fortalecido y expandido por Alternativas y Procesos de Participación Social, A. C. (Alternativas).

 A lo largo de su aplicación ha contado con importantes apoyos de donantes particulares e institucionales, nacionales e internacionales, entre los que destaca la Fundación Ford, a la que se han sumado las fundaciones Interamericana, Cante, Basiliana, Rotaria y los clubes rotarios de Loveland, Tehuacán y Tehuacán Manantiales. Gracias al éxito alcanzado, el programa se ha extendido hacia la mixteca oaxaqueña y ha inspirado a múltiples instituciones privadas y gubernamentales a realizar programas similares.

Este programa mereció el máximo reconocimiento mexicano en materia social: el Premio Nacional de Solidaridad 1992. La estrategia establecida pretende generar procesos de autodesarrollo sostenible de familias y comunidades campesinas marginadas a partir de un trabajo de promoción y organización popular cimentado en una metodología esencialmente educativa.

La labor no consiste en resolver los problemas de los campesinos, sino en organizarlos, capacitarlos y brindarles los apoyos básicos para que ellos mismos puedan solucionarlos, de modo que sean capaces de mantener un proceso autogestivo de desarrollo sostenible.

Desde el inicio fue evidente que el principal problema de la región es la falta de agua, al igual que en gran parte de nuestro país y del resto del mundo, a tal grado que se está convirtiendo en uno de los problemas mundiales más angustiantes. Para enfrentar esta escasez, muchos grupos de campesinos solicitaron apoyo para perforar pozos profundos, pensando que es la técnica moderna más idónea para tener agua abundante a corto plazo.

Al analizar el problema y la alternativa de solución propuesta, se decidió no impulsar la perforación de pozos por varias razones, entre las que destacan:

1.- Una limitante ecológica, ya que resulta técnicamente inadecuado aumentar la sobreexplotación de los mantos acuíferos subterráneos de la región, que de por sí se encuentran gravemente amenazados. Obtener más agua perforando pozos es como introducir más popotes al mismo vaso; tendremos más agua en el corto plazo, pero se acabará más rápidamente, por lo que el problema —en lugar de resolverse— se agravará en el futuro.

2.- Una limitante económica derivada de que la inversión que se requiere para perforar, equipar, dotar de energía y operar un pozo profundo, está fuera del alcance de la mayoría de la población campesina. El costo global de la tecnología de los pozos profundos es prohibitivo para resolver el problema en una escala regional, nacional y mundial.

3.- Una limitante legal que se enfrenta debido a que con el fin de proteger los mantos acuíferos, desde 1950 se decretó una veda que prohíbe el alumbramiento de aguas subterráneas en la región de Tehuacán, la cual fue ampliada en 1959. En la práctica esta veda ha sido violada incesantemente y, con el amparo de la nueva Ley Federal de Aguas expedida en 1992, la Comisión Nacional del Agua permitió la regularización de pozos, aunque hubieran sido perforados al margen de las disposiciones de protección de acuíferos.

Raúl Hernández Garciadiego
Nació en la ciudad de México D.F. en 1955.
Filósofo de formación, graduado en la Universidad Iberoamericana con la tesis “Principios Adicionales Necesarios en la Teoría de la Justicia como equidad”. Es Doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales y Humanidades por la Universidad Iberoamericana campus Puebla.

Es Director General de la organización civil de desarrollo Alternativas y Procesos de Participación Social A.C. Junto con su esposa Gisela Herrerías Guerra, desde 1980 ha impulsado un proceso de desarrollo regional sostenible en beneficio de las familias y pueblos más pobres de la semiárida región Mixteca, con apoyo de un equipo interdisciplinario de alrededor de 250 personas.

Sus principales proyectos son:

1) “ Agua para siempre”, de regeneración ecológica de cuencas para obtención de agua.
2) “Grupo Cooperativo Quali”, Integrado por 60 empresas cooperativas, que operan una cadena agroindustrial de alimentos nutritivos de amaranto orgánico, en la que participan 1,100 familias campesinas e indígenas.
3) “Financiamiento del Desarrollo”
4) “Desarrollo de Empresas Sociales”

En más de un cuarto de siglo se ha logrado elevar el nivel de seguridad hídrica, alimentaria, económica y ecológica de familias de los pueblos de una de las regiones más pobres del país, por lo que con su equipo ha recibido importantes reconocimientos como:
Premios internacionales:
• Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua
• Premio Slow Food por la Defensa de la Biodiversidad, Italia
• Dos Reconocimientos de la FAO y el PNUD , organismos pertenecientes al sistema de las Naciones Unidas

Premios nacionales:
• Premio Nacional Agroalimentario 2008 y 2005
• Premio Educación Financiera
• Premio al Mérito Ecológico
• Premio México Calidad Suprema
• Premio al Mérito por la Equidad Laboral, en la categoría de Gran Servicio
• Premio Nacional de Solidaridad Es fundador del Museo del Agua , y del Baluarte del Amaranto en Tehuacán.

Es representante latinoamericano en el Consejo Internacional de Slow Food 2007 – 2011.

Tomado de:




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