domingo, 19 de febrero de 2012

EL CRISTIANISMO Y LA HISTORIA

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

COLEGIO DE HISTORIA

Profesor: Mtra. Elva Rivera Gómez

Nombre del curso: Historiografía Universal I

Alumno: Benjamín Pérez Armas


CAPÍTULO V EL CRISTIANISMO Y LA HISTORIA

Shotwell J. T. El Cristianismo y la Historia. en: Shotwell J. T. Historia de la Historia en el Mundo Antiguo. México. F.C.E.1988.pp. 341 – 397. (413 p)

LA NUEVA ERA

El autor explica que los grandes historiadores de la antigüedad fueron escritores de historia moderna: donde esta Herodoto, Tucídides, Polibio, Tácito ya que se interesaban por lo que había ocurrido, y que lo causaba aunque en su época ocurrían grandes cosas. Pero Herodoto que al escribir él decía “para los grandes y asombrosos hechos griegos y bárbaros no sean borrados por el tiempo”[1], pero cuando el acumulaba datos alrededor de la terrible crisis que había tenido una media centuria antes, de las guerras médicas.

Tucídides explica que “las épocas anteriores que no habían sido grandes no habían sido grandes ni en sus guerras ni en ninguna otra cosa”, aunque considero a la guerra que se había tenido ante sus ojos, como uno de los acontecimientos mas grandes del mundo y se dedico de lleno a relatarlas.

Polibio llego a roma durante el rezago de sus ejércitos victoriosos, aunque vio como cautivo el surgimiento del maravilloso primer imperio del mediterráneo y escribió su historia dándole una explicación. El autor nos explica la visión de Tito livio se anclo en el presente imperial y el patriotismo aunque sereno e inteligente que lo había producido.

Tácito carecía de este entusiasmo tan generoso aunque sus intereses no están en un anticuario, tomando en cuenta que en la época que vivía atrajo su observación y le proporciono tema a su trabajo.

Se da un encuentro entre Oriente y occidente esto en las ciudades jonias en el lapso del s. VI a. J. C., el motivo de su despertar a una curiosidad crítica de hombres y sociedades, llegando al desenlace de un drama del mundo antiguo, durante mil años después, ya que la historia se enfoco en grandes acontecimientos y los personajes que destacaban, en el mundo en el que él escritor vivía.

El autor nos explica que hubo en la época un hecho de suma importancia que no tuvo a un Herodoto o un Polibio que le diera cabida en la historia del mundo analizando que tenía una penetración con una agudeza crítica en los orígenes del cristianismo.

De acuerdo con el autor el pueblo oriental no obtuvo un párrafo desdeñoso solo entre los historiadores paganos, teniendo en cuenta que los escritos no fueron sino simples ensayos de historia y si realizamos una comparación con otros hechos de relevancia mucho menor. Aunque existieron varias razones para esto, ya que si observamos que en el transcurso de la historia el cristianismo en un principio comenzó de la manera más sencilla y humilde, entre los iletrados; tomando en cuenta que no irrumpió de un modo de conquista como el mahometismo, analizando que se arrastro medio de oculto, por entre los cimientos de la sociedad.

* “el historiador empezando a examinar las fuerzas espirituales que existen en las vidas espirituales en las vidas de las gentes oscuras. Pero incluso hoy no prestamos gran atención a elementos tan extraños como las creencias de los emigrantes extranjeros”.[2]

Para el mundo greco – romano les intereso poco la historia de los judíos y irrelevante era la de los cristianos pero se tuvo incluso que cuando el cristianismo penetro en los ambientes cultos, estimula la investigación histórica, pero hubo sabios paganos como Celso donde se discutieron con una fuerte controversia entre escritores cristianos y paganos está tuvo espacio en los límites de la historia.

El cristianismo se da como una religión, y no como una cuestión política pero al ver el problema también se debe encajar el marco judío y en el pagano implican concepciones históricas, pero su principal interés fue el teológico; trata de explicar que la historia resulta como simples registros de hechos humanos ya que nos lleva a la realidad de “la teología, en cuanto relacionada con estos hechos trataba de desplazarlos del dominio de la acción humana al de la gracia divina, interpretando así los fenómenos temporales y cambiantes en términos de divinidad intemporal e inmutable”.[3]

Realmente hubo pocos triunfos del espíritu de los que realizo en sus primeros días; la nueva religión, o buscando su subsistencia aunque su triunfo lo obtuvo a costilla de la historia esto también implico la fe y ver la actitud crítica de los historiadores verdaderamente consientes, los griegos jonios, resulta un obstáculo para la historia genuina que controle la imaginación que ha estimulado.

Pero “él historiador necesita más bien encuadrar su imaginación con el escepticismo y estar mas en guardia contra la credulidad cada vez que siente la tendencia a creer en ningún otro momento, lo cual, en el dominio de las virtudes religiosas ha sido en ocasiones considerado como un pecado”.[4]

Esto nos lleva al planteamiento de que tenia esta nueva religión basado en la ley de los profetas, esto los lleva por el sólo pensamiento y criterio de San Pablo, esto nos orienta a como eran sus términos dentro de sus enseñanzas, aunque realmente su sistema de escritura no necesito verificación, incluso ni siquiera por las fuentes de las sagradas escrituras obteniendo así una convicción por experiencia propia.

Dejando al final que la fe de la cristiandad primitiva incluía una doctrina que se concentraba su atención, no en el mundo que se vivía si no el del futuro y que llegaría de un momento a otro, entonces nos lleva a la inmortalidad del individuo esta misma doctrina se compartía con otras religiones de un mundo pagano negándose a morir, resaltando que el cristianismo fue el único en llevar su desarrolló desde la vía literaria apocalíptica de los judíos aunque aumento el sueño del cataclismo y surgiría de un solo golpe: pero para esta doctrina su fuerza se encuentra en los círculos cristianos en la última parte del siglo I , hasta la mitad del s. II, esto alcanzo su desarrollo en círculos entregados a este podría considerarse por los mismos eclesiásticos con una espiritualidad llevada a los extremos que tuvo una perjudicial influencia en la historiografía cristiana.

LA ALEGORÍA Y LA CONTRIBUCIÓN DE ORÍGENES

Aunque esto nos lleva a la debilidad de la historiografía pero es relativamente mantenerla en la tesis entre las religiones, el la cual el cristianismo se mantiene sobre una base histórica. Sí tomamos en cuenta que el cristianismo fue una religión histórica, esto se debió por el elemento mesiánico que en el había de llevar, en forma verdadera que se proclamo desde el inicio como una religión histórica, buscando una realización en la historia que cuadre dentro del esquema en la evolución política y social en un determinado Edo., sin dejar fuera a los apóstoles que se escudriñan detrás de las escrituras, esto resulta un caso único en la fundación de las religiones.

Nos encontramos con la gran diferencia de estudiar historia y hacerlo históricamente sin embargo los que estudiaron es buena prueba de que los cristianos retuvieran el “Antiguo Testamento” y que no supieron como acoplarse adecuadamente al “Nuevo Testamento” en el cual el Mesías le ofrece el mundo a los judíos. Sin embargo nos lleva al caso de la historiografía Cristiana sólo tiene dos objetivos: es el de ubicar la vida de Jesús en la historia de los judíos y como adecuarlo en la historia general de la antigüedad, esto nos orienta al último problema que no se le impuso a la Iglesia hasta el mundo pagano no comienza a tomar en serio a la nueva religión, pero si buscamos la respuesta se encuentra en las obras de los grandes apologistas. Pero la relación de cristianismo y judaísmo y volvemos al problema mesiánico fue de una vital importancia desde sus inicios implico una cuestión realmente básica de si que Jesús era o no aquél en quien se realizaban y hablaban las profecías.

Los cristianos continuaron escudriñándose en las escrituras buscando señales que permitan reconocer el advenimiento, pero la invitación a examinarlas en por lo menos una apariencia con la demanda de una prueba científica que nos lleve a la verificación, tomando en cuenta que los hechos de la vida de Jesús corresponden a detalles de promesas que habían sido realizadas pero esta no era literal teniendo una interpretación aunque tampoco podía serlo, y en dado caso el reino espiritual del Mesías debía ser creado sobre referencias inciertas y fragmentarias de una forma satisfactoria aplicando muchas de ellas por medio del simbolismo y la alegoría.

“La moderna crítica ha descartado ya la profecía mesiánica, porque los textos tan confiadamente citados como predicciones de la vida de Jesús no tenían semejante propósito en las mentes de sus autores. Pero la ortodoxia ha mantenido, a través de toda la historia de la iglesia, que los textos eran aplicables, y que con ello se establecía la armonía entre las antiguas y nuevas revelaciones”.[5] Pero si observamos los problemas de la alta crítica, aunque el hecho importante para la historiografía fue la creación de un nuevo género en la interpretación alegórica en los textos pero el uso de la alegoría es para explicar o dejar sin explicación a los textos, y este no fue creación de los historiadores cristianos este recurso no era desconocido en la literatura y en la filosofía paganas.

Durante el s. VI a. j. c., Teágenes de Rhegium interpreta a Homero alegóricamente y apelaba a la filosofía pagana pero la alegoría continuo para armonizar al mito y a la razón; sin lugar a duda los judíos eran maestros consumados en su empleo, pero hemos visto la interpretación del Antiguo testamento esta había sido desarrolladas por eruditos judíos en especifico Diáspora que se encontraba en contacto con sabios gentiles que sintieron la necesidad de armonizar el pensamiento esto de su propia herencia intelectual.

Aunque si nos remontamos a la trayectoria de las mentalidades del hombre primitivo en donde el simbolismo y la realidad se confunden con frecuencia: pero en manos de los teólogos cristianos el simbolismo emerge de las profundidades para dominar toda la situación, aunque en la historia de las realidades dependía de las irrealidades y esta historia de las realidades resulta ser una historia del mundo.

Pero el mayor exponente de la alegoría cristiana fue Orígenes un griego alejandrino que durante el s. III contribuye a la formulación de un sistema teológico para los padres de la Iglesia, pero Orígenes era un erudito y un pensador y su trabajo fue sobre la Biblia pero se la da elogio de persona tan distinta al punto de vista al de San Jerónimo pero esta mención solo resume la hecha por Eusebio en el libro sexto de su historia Eclesiástica al que debemos dirigirnos si buscamos detalles de la vida y influencia de la vida de Orígenes pero aun no siendo historiador en un sentido estricto contribuyo a uno de los capítulos más notables en la historiografía cristiana.

Orígenes resulto ser atrevido en sus interpretaciones como cuidadoso en su erudición, pero no solamente admitió la verdad literal de mucha parte del génesis eliminando la explicación de hechos más oscuros de la historia de Israel incluso en el Nuevo Testamento.

Si analizamos la interpretación de las Escrituras por medio de la Alegoría esto no es a los ojos de Orígenes que es una libertad sin garantías y las mismas Escrituras se sancionan alegóricamente en la cual hay un significado oculto y que nos puede llevar a la divina sabiduría .

Pero el crítico moderno ve el círculo vicioso en el cual se mueve semejante razonamiento, aunque lo ve pero niega su sentido y saber oculto para los intelectuales del s. III era el corazón mismo de los fenómenos en donde el simbolismo tiene sus raíces mas profundas de lo que cree.

CRONOLOGÍA E HISTORIA DE LA IGLESIA: EUSEBIO

Si observamos que la historia de la historia se repite nos lleva a una tradición y mito, la epopeya y la genealogía con un saber sacerdotal con las edades del mundo, tiempo, crítica y historia en la cual tiene una larga evolución en una autoconciencia racional que proyecta un pasado en forma a una síntesis presente, pero tal vez son caminos paralelos para llegar a todas las historiografías bien estructuras.

Aunque la explicación que esta en manos aparentes de una evolución muy similar y rebuscada pero iniciando de puntos parecidos y es difícil esperar que la historiografía de una religión tenga las mismas vías de desarrollo que las generales pero la evolución de la historia cristiana la encontramos en la evolución material de la historia de Grecia y Roma.

El autor explica que entre los apologistas se pone frente a frente la crítica de un mundo incrédulo, que surge de la exigencia de métodos más rígidos y una cronología comparada con autenticidad de la antigüedad y la descendencia directa del cristianismo.

“El camino de la historiografía cristiana nos conduce, pues, a través de una cronología cristiana. La base fue la obra de los eruditos judíos de a Diáspora. Cuando los apologistas cristianos de los siglos segundo y tercero intentaron sincronizar la historia del antiguo testamento con la de los gentiles, pudieron recurrir a la obra de un escriba judío Justo de Tiberiades, que escribió bajo el reinado de Domiciano”.[6]

Si analizamos el esquema con esta cronología solo por cortesía puede dársele una mirada a las fechas opuestas a lo largo de la edición autorizada de la Biblia mostrar relativamente una fechación de la historia del mundo hasta nuestra época y con una variación critica al simbolismo de Orígenes. Aunque su simbolismo era mas amplio y convincente en el armazón que proporciona para los acontecimientos no tenía que armonizarlo ni explicarlos.

Pero Eusebio satisface las dos condiciones de Polibio para ser considerado historiador un hombre de acción con un gran conocimiento del mundo y ocupo un lugar elevado de estas vicisitudes que describió. “Fue él quien, en el gran concilio de Nicea (321 d. J.c.) se sentó a la derecha de Constantino y pronunció el discurso inaugural en honor al emperador”.[7] Siendo pocos los historiadores de iglesia o estado han recibido un tributo a su sabiduría con espíritu crítico ya que estas dos cualidades calificaron a Eusebio para tan alto honor.

Tomando en cuenta que se erudición es critica y crédula; aunque la de Orígenes se dirigió en la concepción original a la primera historia iglesia en un capítulo general, con un amplio esquema universal en el sistema de dios con una concepción parecida o fuera del dominio común y ya no era una simple especulación y con el reconocimiento obtenido por el imperio se convertía en un hecho.

Pero si hubiéramos buscado las influencias con el carácter de historia de Eusebio por este triunfo la iglesia ocuparía el primer lugar: pero aunque se hayan exagerado las persecuciones la situación de la iglesia resulta su situación no era para estimular al historiador, en donde la erudición cristiana iba a encontrar en un obispo la elevada posición en la corte y no solo digno de grandes hechos sontos y mártires sino de una nueva posición imperial de la iglesia.

Incluso Eusebio resulta un escritor voluminoso “historiador, apologista, topógrafo, etc., pero su prestigio descansa en dos obras la historia eclesiástica y la Crónica aunque la primera le consiguió el título de padre de la historia de la Iglesia y la otra lo enmarcó al cristianismo dentro de la historia del mundo.

LA CIUDAD DE DIOS

Como ya se ha visto cómo la historia del pasado pagano iba quedando fuera del alcance de los griegos y romanos, que los grandes historiadores daban paso a las figuras de segunda fila, y que la caudalosa corriente iba mermándose hasta que por fin se secaba en los textos de los epistomistas-

--partiendo de San Isidoro de Sevilla y del inglés Beda, durante mil años—La humanidad había de volver la vista, a lo largo de una línea de sacerdotes y reyes judíos hasta la creación. Aunque la revelación cristiana les invitaba a entrar en su estructura divina para el presente y el porvenir, su pasado estaba con “quienes no conocían a Jehová”. El resultado de esta indiferencia fue una pérdida cultural semejante a la devastación de los bárbaros

Al trazarse una línea entre paganos y cristiano hasta la creación del mundo, quedaba fuera de la esfera de la investigación casi tosa la antigüedad La mano mas firme que trazó es línea divisoria entre los dos mundos, el paganismo (gobernado por la oscuridad) y el cristianismo (la gracia divina), fue la de San Agustín. Tanto San Agustín como su contemporáneo San Jerónimo, se educaron en la retórica. San Agustín decía: “me parecía ser indignas compararse con la majestuosidad de Cicerón; San Jerónimo mencionaba: “Señor, tú sabes que siempre que tengo y que estudio manuscritos profanos, te niego.”

La controversia fue una nota dominante en toda la literatura patrística, y quien lo llevó al extremó fue san Agustín. San Ambrosio su maestro, hombre de iglesia e individualista; San Jerónimo fue más erudito; y San Gregorio el Grande de espíritu practico. Pero entre los grandes Padres de la Iglesia San Agustín fue el más grande por haber tenido la visión más comprensiva del amplio campo de especulaciones y experiencias en que se movían las discusiones teológicas, y, al mismo tiempo, el interés más apasionado por el drama humano La obra en que San Agustín dio forma más acabada en su concepción de este mundo, y de lo que ocurrió y por qué, fue el tratado in mortal Civitas Dei, “La Cuidad (o Estado) de Dios”. Aunque no es historia – San Agustín no era un historiador — proporcionó mediante la arquitectura de su pensamiento los planes según lo que había de escribirse la historia.

La Ciudad de Dios fue comenzada en 413 como respuesta a quienes afirmaban que la caída de roma en poder de lo godos y los destrozos de los vándalos eran debido a la falta de respeto a los dioses roma y a la ausencia de esa antigua piedad que había señalado los grandes días del pasado romano. La Ciudad de Dios ha sido llamada la obra más grande del más grande los Padres de la Iglesia. Sin embargo su menoscabo primordial era la falta de continuidad histórica, y esto es muy importante en la Ciudad de Dios

El resultado es una magnifica manipulación de la historia, pero que tiene toda libertad para deformar las perspectivas menores por que le son indiferentes.



[1] Shotwell J. T. El Cristianismo y la Historia. en: Shotwell J. T. Historia de la Historia en el mundo antiguo. México. F.C.E.1988.pp. 341 – 397.

[2] Ibidem p. 356.

[3] Ibidem p. 361.

[4] Ibidem p. 379.

[5] Ibidem p. 382.

[6] Ibidem p. 386.

[7] Ibidem p. 389.

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