EL PRINCIPITO
ANÁLISIS DE LA OBRA DE ANTOINE DE SAINT EXÚPERY
La obra de Saint Exúpery supera por
mucho el análisis superfluo o mejor dicho, literal de la historia; por un lado
encontramos una hermosa trama para niños que encamina a una reflexión de
valores y sentimientos que mantendrían a cualquier persona al filo de la trama.
Sin embargo si nos atrevemos a ir mucho más allá de la historia del aviador
varado en el desierto nos hemos de encontrara ante “una mar” de opciones
interpretativas y argumentos para aplicar a las líneas de “El principito”.
A mi consideración, esta obra deja
un mensaje muy hermoso para los adultos; la mayoría de nosotros nos hallamos
inmersos en los grandes planes del
capital internacional, en la red del sistema neoliberal. Es difícil por muchas
razones, poder salir de este destino prefabricado para nosotros; sin embargo el
observar las cosas desde otros puntos de vista siempre es provechoso y es aquí
en donde “El principito” demuestra su valiosa lección, debemos ver las cosas
con los ojos del corazón, interpretar al mundo con la inocencia de una niña o de un niño.
Existen la obra muchos elementos
muy interesantes que por falta de espacio no podría especificar cada uno de
ellos, como los habitantes de los planetas que el principito visita, la rosa,
los árboles baobabs, el borreguito, el aviador, el principito mismo. Todos y
cada uno de los personajes y elementos
son representaciones, muchos son valores y virtudes de la vida, otros, males que la sociedad misma genera entorno a
los demás miembros que la integran; es paradójico que los seres humanos nos hallamos olvidado de vivir intensa y plenamente el
precioso tiempo en que estamos de paso por este mundo, nos enfrascamos en el
trabajo, nos agobiamos por el dinero, elogiamos a aquellas personas que han
logrado extirpar sus sentimientos y a su familia de sus vida para lograr un
status social y económico ”elevado”.
El principito a mi parecer
representa “una mesa”[1] en
donde subirnos y observar el mundo, las cosas y a la vida de una manera diferentes;
con mas amor, con mas admiración, como
lo mirarían los ojos de una niña o un niño.
[1] Recordemos la película de EL
CLUB DE LO POETAS MUERTOS y las enseñanzas del maestro John Keating.
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